Santalecina pertenece al municipio de San Miguel de Cinca, constituido en 1972 junto a las localidades vecinas de Pomar de Cinca y Estiche de Cinca. Se encuentra situada a 20 km al Suroeste de Monzón, en la margen derecha del río Cinca, siguiendo la carretera A-130 que conduce a Alcolea de Cinca.
Su economía es de base agropecuaria con el beneficio que suponen los riesgos del Cinca a través de la acequia de Selgua, que fertilizan gran parte de su suelo con notable incremento cerealista hortofrutícola y ganadero.
Santalecina fue villa amurallada, aunque en la actualidad no se conserva ningún vestigio del recinto defensivo. Por ese motivo, el núcleo primitivo de Santalecina se desarrolló en torno a la iglesia, y alrededor de las calles El Pilar, Mayor, plaza Antonio Périz Liesa, calle General Prim y Soltador.
Breve Historia
Los primeros restos localizados en el término de Santalecina parecen proceder de los íberos, aunque el topónimo proviene de la época romana, refiriéndose al posesor romano Licinius y a sus tierras, Saltus, adquiriendo el nombre de Saltus Lizinius. Los restos, tanto del posible poblado íbero como de la villa romana, pueden verse en el lugar conocido como Tozal de los Moros.
Tras la reconquista por parte de Sancho Ramírez, el topónimo evolucionó a Santa Lizinia. Perteneció al reino medieval montisonense, y del poblado medieval se mantiene erguido un arco de su templo dedicado a San Pedro en el monte de Larroya. Fue villa amurallada aunque no queden restos de ella.
En el año 1184, Doña Sancha, esposa de Alfonso II el Casto, ofreció al Maestro del Temple el castillo y la población de Santalecina y algunas posesiones de Pueyo de Santa Cruz a cambio de las iglesias de Sijena y Sena. Tres años después se hizo el intercambio, pasando a depender de la encomienda templaria y luego sanjuanista de Monzón.
Por Larroya pasaba un importante camino compostelano que desde Monzón, y tras pasar por Villanueva de Sijena y Candasnos llegaba a Zaragoza. En 1585, durante la celebración de Cortes en Monzón, Felipe II se descubrió delante de San Pedro.
Desde el siglo XV hasta la desamortización de 1835 formó parte de una encomienda formada por Chalamera, Belver, Estiche y Santalecina.
En 1827 se cita la existencia de una industria telar de lienzos comunes, así como de la producción agrícola y ganadera, constante durante toda su historia.
Su parroquia dedicada a San Salvador, se convierte en parroquia independiente en el año 1746, en el que deja de ser agregada de la de Estiche.
En 1972, formó ayuntamiento con las localidades vecinas de Pomar de Cinca y Estiche, llamando al municipio San Miguel de Cinca.